Google


 

 

Teléfono móvil en los jóvenes
 

No hay que negar la gran utilidad y facilidades que ha generado el uso de los “móviles”. En muchos casos, gracias a tener uno a mano, se han solucionado muchos problemas que podrían haber sido de difícil arreglo; Desde accidentes, urgencias, avisos de retrasos por causas imprevistas, necesidad de una contestación rápida para actuar de una forma u otra...

En nuestros jóvenes la moda del móvil ha entrado como un huracán. Es difícil encontrar quien no posea, con más o menos prestaciones, uno de estos aparatos.

Hay un problema con este nuevo medio de comunicación (no tan nuevo si tenemos en cuenta la existencia del “fijo”) Su uso indiscriminado está creando comportamientos patológicos en más de un joven. Algunos de ellos pueden ya ser tratados como enfermedad, y requerirán la intervención de médicos y psiquiatras para lograr dar una solución al paciente. (¿Quién no ha oído hablar, o conocido directamente, a algún joven casi histérico por que no le ha llamado nadie en la última media hora?)

Sin entrar en estos comportamientos enfermizos, y viendo la utilidad que posee este utensilio, pienso que de alguna forma habrá que canalizar el uso del móvil; Sin negar sus virtudes, también hay que reconocer sus desventajas.

El uso entre chavales y chavalas entre 8 y 13 años... debería redirigirse hacia una verdadera necesidad, y no a un capricho de la criatura que termina por convencer a sus progenitores.

¿Cuáles son esas necesidades? Cada cual debe ser capaz de determinarlas, olvidándose de la frase “es para tenerlo controlado” y mirando hacia las verdaderas realidades.

¿Y... qué pasa por que mi hijo de 10 años tenga un móvil a todas horas?
Pues mira, en general no valoran ni su uso ni el desembolso económico que pueda acarrear la utilización indiscriminada. Pero lo que me parece más peligroso son los hábitos que les hacen más sedentarios y más cerrados ante el resto de la sociedad.

¿Lo siento, pero no te comprendo?
Un ejemplo real: En una acampada con chicos de 10 años, (después de haber aconsejado a todos los padres que mejor no lo llevaran), tres de los 25 que fueron, acudieron con su móvil. No pasaron ni tres horas cuando ya estaban formando “su” grupito para hacer llamadas, mensajes... Se pasaron gran tiempo de la acampada, sentados en un banco con tres o cuatro alrededor haciendo cosas con el móvil, (y con cara de que algo pasa); En los momentos de actividades organizadas por el campo: orientación, búsqueda y recogidas de ejemplares de plantas... En cuanto se explicaba la actividad, surgía la voz de los tres, y de alguno de “su” grupo, con un:
-¡Qué rollo! ahora a por plantas.
-Qué “torre”, ir a buscar pistas con una brújula.
-¿Podemos quedarnos aquí sentados? No molestamos a nadie...

En fin, ni disfrutaron ellos, ni dejaron disfrutar.


Quizá no sea fácil determinar o explicar la conveniencia o no de los móviles en gente de estas edades, pero en general no se necesitan para nada en el colegio, ni en la casa de un amigo y mucho menos abajo, en la calle. Será muy útil si queremos tenerlos localizados en casos excepcionales, pero no como norma general.


Tendremos que explicarles y enseñarles el valor de las cosas, y que entiendan que para ser aceptados por tres o cuatro compañeros no vale la pena quedarse pegado a estos artilugios que no paran de ofrecer nuevas prestaciones, sobre todo a los jóvenes, para mantenerlos enganchados.

Juan Antonio Arizcun email

 

webmaster . inicio . enlaces . multimedia . portales . editoriales . el clic . libros . 7 años . 9 años . 10 años . 12 años . jóvenes y adultos . películas . 1999 . 2000 . 2001 . 2002 . 2003. artículos . forum . quiénes somos